En abril, una tormenta de hielo causó graves destrozos en Ontario y Quebec, provocando víctimas mortales e interrupciones a gran escala del suministro eléctrico. Al llegar el mes de mayo, las temperaturas subieron y los indomables incendios forestales azotaron varias provincias canadienses, entre ellas Columbia Británica, Alberta, Saskatchewan, Manitoba y Nueva Escocia.
Para el 9 de mayo se preveían temperaturas superiores a 30 grados Celsius en las regiones septentrional y central de Columbia Británica, lo que aumentaba el riesgo de nuevos incendios forestales. Las altas temperaturas también provocaron un derretimiento más rápido de la nieve y una subida del nivel de los ríos. Se emitieron avisos y advertencias de inundación en varias partes de la provincia. Se registraron cierres de carreteras y evacuaciones tras las inundaciones en las regiones central y meridional. Posteriormente, las fuertes lluvias empeoraron la situación de inundaciones, aunque dieron tregua a los incendios.
La situación en Alberta era mucho más grave. El 6 de mayo se declaró el estado de emergencia en toda la provincia después de que al menos 110 incendios forestales desplazaran a más de 24.000 personas. Bomberos de todo Canadá y, además, de EE.UU. se desplegaron para extinguir los incesantes incendios. El humo emitido afectó a partes del oeste de Canadá y el norte de EE UU. Muchos sufrieron problemas respiratorios y otras afecciones pulmonares. El 24 de mayo se registraron temperaturas más bajas, al menos 7.000 personas seguían evacuadas de sus hogares y alrededor de 65 incendios continuaban ardiendo. El 30 de mayo, Environment Canada había emitido avisos de mala calidad del aire y baja visibilidad.
El 24 de mayo, las autoridades de Manitoba restringieron la circulación de vehículos en el sureste de la provincia. Al menos 7.500 personas fueron evacuadas de la zona de Cross Lake. El peligro de incendios forestales en las zonas central y oriental de Manitoba era de alto a extremo, mientras que seguía siendo de bajo a moderado en la mayor parte de las zonas septentrionales de la provincia.
El 15 de mayo se registraron al menos 35 incendios forestales activos en varias zonas del norte de Saskatchewan. El humo de los incendios también afectó al centro y sur de la provincia. El índice de calidad del aire alcanzó un 10, lo que supone un riesgo muy alto, inusual en Saskatchewan. La visibilidad era de 400-500 metros. Environment Canada aconsejó a los residentes que limitaran las actividades al aire libre.
El 28 de mayo se declaró el estado de emergencia en Halifax, Nueva Escocia. La orden debía permanecer en vigor durante al menos siete días. Se registraron incendios activos cerca de las zonas de Tantallon y Barrington Lake. Al menos 16.000 personas fueron evacuadas de las comunidades cercanas y se registraron graves daños materiales. Se cerraron las carreteras de la zona. Las empresas de suministro eléctrico y telecomunicaciones anunciaron la suspensión de los servicios en las zonas afectadas. Environment Canada emitió alertas por mala calidad del aire y baja visibilidad en toda la ciudad debido al humo. A partir del 30 de mayo, continuaron las evacuaciones al declararse nuevos incendios forestales.
El 30 de mayo, Environment Canada emitió avisos de calor para algunas zonas de Ontario y Quebec. Las altas temperaturas podrían persistir al menos hasta el 2 de junio. El aumento de las temperaturas y las condiciones secas pueden suponer un riesgo de incendios forestales en estas regiones.
Debido a las impredecibles condiciones meteorológicas, los expertos no pueden predecir cuándo Canadá experimentará un alivio de los voraces incendios forestales.
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