Aproximadamente dos años y medio después de hacerse con el poder en el golpe de febrero de 2021, el Tatmadaw, también conocido como ejército de Myanmar, está perdiendo rápidamente el control de las ciudades fronterizas del país. Una alianza de tres ejércitos étnicos, el Ejército de la Alianza Nacional Democrática de Myanmar (MNDAA), también conocido como "ejército Kokang", el Ejército de Liberación Nacional Ta'ang (TNLA) y el Ejército Arakan (AA), está constituyendo la mayor amenaza a la que se ha enfrentado el Tatmadaw en años. 

¿QUÉ OCURRIÓ?

Estos diferentes grupos de rebeldes bien armados comenzaron su ofensiva el 27 de octubre en el estado de Shan. Bautizada como "Operación 1027", esta ofensiva de la resistencia ha realizado enormes progresos. Con el objetivo de derrocar al ejército y restaurar la democracia, los rebeldes han logrado hacerse con el control casi total de más de 150 puestos avanzados en la región septentrional de Myanmar y han ocupado zonas a lo largo de la frontera entre China y Myanmar. Entre ellas se encuentran varias ciudades vitales, dos pasos fronterizos con China y rutas comerciales críticas. Un ejemplo puede ser la ciudad fronteriza de Chinshwehaw, un canal crucial en el que el comercio anual entre Pekín y Naypyidaw asciende a más de 1.800 millones de dólares. 

Es importante señalar que el MNDAA y el TNLA forman parte de una coalición de una organización étnica de siete grupos armados que mantienen estrechos vínculos con los chinos y han establecido bases o territorios cerca de las fronteras de China. 

Los rebeldes han llevado a cabo un conjunto de cuatro ofensivas desde el 21 de noviembre. Mediante estas operaciones feroces y coordinadas contra el ejército, han conseguido apoderarse de más de 8.000 km2. Tras la primera ofensiva del 27 de octubre, el 7 de noviembre se lanzó la segunda, la "Operación 1107", para liberar el sureste del estado de Kayah. La resistencia logró capturar alrededor de dos bases militares en Kayah. 

La tercera ofensiva se produjo el 13 de noviembre, las AA llevaron a cabo ataques contra puestos de la guardia fronteriza en el oeste del estado de Rakhine. Los puestos militares de las zonas de Rathedaung y Minbya fueron tomados por el grupo armado étnico. Ese mismo día estallaron los combates en el estado de Chin y la resistencia chin comenzó a apoderarse de territorios. 

El conflicto de Rakhine fue especialmente significativo si se tiene en cuenta que AA tenía un acuerdo de alto el fuego con el Tatmadaw.

CONSECUENCIAS

Las rápidas ganancias territoriales conseguidas por la alianza no sólo han animado a las fuerzas de resistencia de todo el país, sino que también han conseguido abrumar a los militares. Parece como si el movimiento antigolpista hubiera rejuvenecido con combatientes en todo Myanmar, incluido el estado central de Sagaing.

En el lado negativo, la operación también ha contribuido enormemente a desplazar a decenas de miles de inocentes por muchos estados. Unas 5.000 personas entraron en India a través del estado de Mizoram cuando estallaron los combates en el estado de Chin. Según Naciones Unidas, aproximadamente 1,7 millones de personas se han visto desplazadas de sus hogares a causa de la violencia. Un grupo de defensa de Myanmar, la Asociación de Asistencia a los Presos Políticos, que había estado siguiendo de cerca la creciente crisis en el país, ha informado de que al menos 4.182 civiles y activistas prodemocráticos han perdido la vida a manos de los militares en el conflicto. 

También se informó de que unos mil ciudadanos extranjeros habían quedado atrapados en zonas del estado septentrional de Shan. Entre ellos hay ciudadanos de Tailandia, Singapur y Filipinas. Más de 260 de estos extranjeros han sido evacuados con la ayuda de las autoridades de Myanmar de la región de Laukkai, en el norte de Shan. 

LA RESPUESTA DEL EJÉRCITO

Aunque reconoce el desafío que supone la alianza de la resistencia, el presidente Myint Swe, instalado en el poder por los militares, ha advertido de que el país "se dividirá en varias partes si el gobierno no gestiona eficazmente los incidentes que se producen en la región fronteriza". Este periodo se ha descrito como una fase crítica para la Junta de Myanmar, ya que aproximadamente 447 de sus efectivos han entregado las armas y se han rendido en muchos estados. Como el norte de Shan, Kayah, Chin, Rakhine, Mon, así como las regiones de Sagaing y Magwe. 

A medida que prosigue la rebelión étnica, los expertos en defensa y los analistas sugieren que el ejército podría retirar sus fuerzas a la capital y tratar de establecer su control sobre regiones más importantes, como Yangón (la capital financiera). 

Se espera que el punto de inflexión y el momento decisivo de la crisis comiencen cuando la alianza étnica tome como objetivo el corazón del país, es decir, el norte de Mandalay. Sin embargo, lo que es seguro es que la comunidad del sudeste asiático seguirá atentamente la evolución del conflicto interno en el país e intentará intervenir si es posible. 

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