
"Me he encontrado con demasiados contratiempos en los viajes como para contarlos: desde enfermar de muerte y quedarme atrapada en una cabaña de bambú en una remota isla de la costa de Vietnam hasta sucesos menos amenazadores, como presentarme en el hotel y que no tuvieran mi reserva. Me di cuenta de que muchos de mis amigos y colegas también tenían sus propias "historias de guerra" de viajes, y en cada una de ellas no tenían nada ni nadie en quien confiar realmente para pedir ayuda. En la mayoría de estas situaciones estás prácticamente solo".