Por qué los viajeros no contraerán el ébola

El brote de ébola que afecta a 3 países de África Occidental está recibiendo mucha atención de los medios de comunicación, y quizá debería ser así, ya que se trata de la mayor epidemia de esta enfermedad de la historia. Y puede ser altamente letal si te contagias; hasta el 60% de las personas infectadas durante este brote han muerto.

Desde que la epidemia comenzó en una zona remota de Guinea el pasado mes de diciembre y se extendió después a Liberia y Sierra Leona, se han producido 1.201 casos con 672 muertes registradas.

Esta infección vírica no es fácil de contraer. . . a menos que contacto personal estrecho con una persona infectada. El contacto personal estrecho significa cuidar a alguien enfermo y entrar en contacto con sus fluidos corporales (saliva, vómito, sangre, etc.). A menos que regrese a un pueblo para cuidar a un familiar enfermo o en respuesta a su fallecimiento, no cumplirá estos criterios.

Por otro lado, si usted es un trabajador sanitario que no está totalmente cubierto de pies a cabeza mientras atiende a pacientes de ébola, corre un alto riesgo, y bastantes médicos y enfermeras han muerto durante este brote por falta de equipo de protección.

El contacto personal estrecho también implica seguir tradiciones culturales para preparar a una víctima fallecida para su entierro sin la protección adecuada. La persona fallecida puede transmitir este virus, por ejemplo, durante el lavado y la manipulación del cadáver.

Así que, en principio, esta enfermedad debería ser fácil de controlar con simples medidas de salud pública. Basta con encontrar a las personas infectadas lo antes posible antes de que infecten a alguien más, llevarlas al hospital para que reciban tratamiento, proporcionar equipo de protección a los trabajadores sanitarios, encontrar y poner en cuarentena a todos los contactos, y eludir las prácticas culturales tradicionales de enterramiento mediante la pronta inhumación de los fallecidos. ¿Cuál es el problema?

Los retos no son médicos, sino más bien sociales, culturales e institucionales. Los centros sanitarios locales de los países afectados, por ejemplo, carecen a menudo de equipos de protección y capacidad de aislamiento. Pueden convertirse en lugares de propagación del virus.

El pueblo carece a menudo de conocimientos modernos sobre enfermedades infecciosas, y una persona enferma puede buscar cuidados ineficaces en los curanderos tradicionales y no ser aislada. Hasta que la persona acude al hospital como último recurso cuando está muy enferma, acaba infectando a muchos de sus familiares directos que la cuidan. Cuando la persona enferma llega al hospital y ve a los médicos y enfermeras con todo el equipo de protección, gafas y mascarillas, puede asustarse mucho.

Los rumores sobre la enfermedad, por ejemplo, que los occidentales y los forasteros la introdujeron, son habituales y a menudo disuaden a los enfermos de buscar atención médica. Como mucha gente es pobre y analfabeta, no es fácil explicar cómo se contrae este virus y que hay que cambiar prácticas funerarias arraigadas y creencias equivocadas.

Así, es fácil ver cómo, con unas pocas precauciones elementales, usted, como viajero, no contraerá esta enfermedad. Es una enfermedad rara que, en los últimos 40 años, ha matado a unas 2.000 personas en total. Eso es mucho menos que los millones de muertos por la malaria, el cólera, el sarampión, la diarrea, el VIH, la gripe y muchas otras enfermedades infecciosas "menos exóticas" en África Occidental.

Última palabra: usted, el viajero medio a Guinea, Sierra Leona o Liberia, no tiene que preocuparse por el ébola. Hay riesgos mucho más comunes que debe tener en cuenta y tomar medidas de prevención para evitarlos.